Aquest lloc web utilitza galetes per millorar la vostra experiència mentre navegueu. Les galetes que es classifiquen segons sigui necessari s'emmagatzemen al vostre navegador, ja que són essencials per al funcionament de les característiques bàsiques del lloc web. També utilitzem galetes de tercers que ens ajuden a analitzar i comprendre com utilitzeu aquest lloc web. Aquestes galetes s'emmagatzemaran al vostre navegador només amb el vostre consentiment. També teniu l'opció de no rebre aquestes galetes. Però l'exclusió voluntària d'algunes d'aquestes galetes pot afectar la vostra experiència de navegació.
Imprescindibles
Les galetes necessàries són absolutament essencials perquè el lloc web funcioni correctament. Aquesta categoria només inclou galetes que garanteixen funcionalitats bàsiques i característiques de seguretat del lloc web. Aquestes galetes no emmagatzemen cap informació personal.
No imprescindibles
Aquestes galetes poden no ser particularment necessàries perquè el lloc web funcioni i s'utilitzen específicament per recopilar dades estadístiques sobre l'ús del lloc web i per recopilar dades de l'usuari a través d'anàlisis, anuncis i altres continguts integrats. En activar-les ens autoritzeu al seu ús mentre navegueu per la nostra pàgina web.
info
Los seres humanos –piensa el gato– tienen una irremediable tendencia a entender las cosas al revés. Por ejemplo, si ven un libro que se titula Lo que aprendemos de los gatos, probablemente creerán que trata de lo que los humanos pueden aprender acerca de los gatos, para conocerlos mejor (cosa que, dicho sea de paso, tampoco estaría de más); sin embargo, para cualquiera que sea capaz de pensar con claridad, resulta evidente que Lo que aprendemos de los gatos significa otra cosa: lo que los humanos pueden aprender a partir de los gatos, es decir, lo que los gatos pueden enseñarles. Este tipo de errores se producen porque los humanos parten de la absurda creencia de que son animales superiores, cuando todo el mundo sabe que los animales superiores son los gatos.Los gatos –piensa la autora de este libro– tienen mucho que enseñarnos, pero para ello hace falta que estemos atentos y dispuestos a aprender. Son cariñosos, pero nunca sumisos, así que nos enseñan a pactar nuestra convivencia día a día. Confiados sólo si sabemos ganárnoslos poco a poco, ejercitando la virtud de una conquista paciente. Domésticos e independientes, como fieras aclimatadas a nuestro hábitat. Los creemos indefensos, pero en realidad están mucho más preparados para sobrevivir que nosotros. Bajo su piel de seda se ocultan las garras de una fiera y un cuerpo atlético envidiable. Y, cuando los vemos jugar, exhibiendo su magnífica forma física, o dormir plácidamente sobre nuestro sillón favorito (sí, ese sillón donde los gatos nunca nos dejan sentarnos) envidiamos también su capacidad para vivir intensamente ese instante; sin atormentarse, como hacemos nosotros, por un pasado que ya no existe y un futuro que tal vez no llegue.Un libro que es una joya para cualquier buen lector, y desde luego absolutamente indispensable para todos los amantes de los gatos.